Artículo publicado en LaPalabraIsraelita.cl
Una de las instituciones más significativas para nuestra comunidad cumplirá una década de vida, el Museo Judío de Chile ha sido un pilar fundamental en la entrega de educación y valores sobre la etapa más oscura de la humanidad, como lo fue la Shoá. En esta edición, entrevistamos a Dalia Pollak, Co-Fundadora del Museo y actual presidenta Fundación Museo Judío.
Dalia, ¿Cómo surgió la idea de crear el Museo Judío de Chile?
La idea del museo nació luego del fallecimiento de nuestro padre, Jaime Pollak (Z”L). Sentimos que con él se iba una generación de sobrevivientes del Holocausto que dejaron un enorme legado en la educación judía y en la comunidad. Nuestra madre, nacida en Israel y testigo de la creación del Estado de Israel, también influyó en nuestra visión.
Una serie de coincidencias impulsó el proyecto. Mi hermano Eduardo (Z”L) conoció al presidente de la Universidad Hebrea de Jerusalem, con quien discutimos sobre cómo fortalecer la identidad judía y el sionismo en la diáspora. Luego, el Círculo Israelita nos cedió un espacio en su nuevo edificio, confiando en nuestra propuesta de ofrecer un espacio que no solo narrara el Holocausto, sino que además abarcara tres mil años de historia judía en diálogo con la Historia Universal y de Chile.
¿Cuál es la misión del Museo Judío?
Nuestra misión es acercar la cultura judía a jóvenes chilenos de colegios no judíos, difundiendo nuestra historia y tradiciones. Buscamos que valoren la diversidad y respeten a las minorías.
En Chile, muchos nunca interactúan con judíos. Por eso, ofrecemos una experiencia cercana, vinculada a temas como la diversidad, la Segunda Guerra Mundial e Historia Universal. La visita finaliza en la sinagoga, donde respondemos sus preguntas, generando un impacto único.
¿Cuáles han sido los logros más destacados del museo en esta década?
A lo largo de esta década, hemos alcanzado logros significativos que han marcado nuestro camino. Entre ellos, destacamos la aprobación de nuestro proyecto como beneficiario de la obtención de la ley de donaciones culturales y nuestra colaboración con el Departamento de Derechos Humanos de Carabineros. En 2022, logramos rediseñar y ampliar la muestra permanente del Holocausto, fortaleciendo nuestra capacidad educativa.
Durante la pandemia, lanzamos el programa “Museo Judío en Casa” y creamos la Red LAES, una iniciativa que reúne a 10 instituciones de Latinoamérica para la enseñanza de la Shoá. A través de este esfuerzo, alcanzamos más de 10.000 visualizaciones en Zoom. Hoy, la Red LAES forma parte de la plataforma del USC Shoah Foundation, conectándonos con el público hispano en Estados Unidos y Latinoamérica, y consolidando nuestro impacto (https://iwitness.usc.edu/sites/redlaes).
¿Qué rol juegan las donaciones en el trabajo del museo y cómo pueden las personas colaborar para apoyar esta causa?
El museo se sostiene únicamente con donaciones. Aunque la operación básica cuenta con el apoyo de la Fundación, todas nuestras actividades son financiadas gracias a donaciones. Sin este respaldo, programas educativos, exposiciones y proyectos de extensión serían imposibles.
Este año, nuestro objetivo es sumar al menos 100 amigos recurrentes, cuyos aportes mensuales permita mantener viva nuestra misión de educar y preservar la memoria. Cada donación no solo respalda las actividades, sino que es un acto de compromiso para fortalecer la identidad judía en nuestra juventud, algo esencial para enfrentar el creciente antisemitismo.
¿Cuáles son los próximos proyectos y metas del museo?
Nos enorgullece haber obtenido, a través del Ministerio de las Culturas, un fondo para desarrollar la nueva sala “Judíos de Chile”, un espacio diseñado para mostrar la diversidad de la comunidad judía en el país y sus aportes. Acá podremos contar nuestra historia con voz propia y destacar nuestra identidad chilena judía.
El proyecto incluirá tecnología de realidad virtual para enriquecer la experiencia de los visitantes. Por ejemplo, podrán recorrer la primera sinagoga de Chile, ubicada en Temuco.
La creación de esta sala es más relevante que nunca, especialmente en un contexto donde discursos importados del conflicto de Medio Oriente fomentan odio, negacionismo y distorsionan la realidad de los judíos, tanto en Chile como en el mundo.
Aunque el financiamiento adjudicado nos da un punto de partida, este es limitado, por lo que pronto lanzaremos una campaña de recaudación de fondos para transformar esta sala en un espacio educativo que inspire respeto, promueva la diversidad y ofrezca una comprensión más amplia de nuestra historia y contribuciones. Con el apoyo de todos, podremos construir un lugar que no solo preserve la memoria, sino que también fortalezca el orgullo por nuestra identidad chilena judía.
Irene Klinger, como presidenta de la Fundación ‘Friends of The Jewish Museum and Holocaust Memorial’ en Estados Unidos, ¿qué la motivó a unirse a esta causa y cómo contribuye la Fundación a apoyar al museo?
Dado mi origen, sentí una especial preocupación por Chile, y fue entonces cuando conocí esta institución extraordinaria. Descubrí el Museo Judío Chileno y me encantó el proyecto por su enorme esfuerzo en educar a la sociedad chilena sobre el judaísmo y combatir el antisemitismo.
Durante mi carrera, siempre intenté contribuir al entendimiento sobre el judaísmo, apoyando iniciativas como las del American Jewish Committee (AJC) y promoviendo visitas al Museo del Holocausto en Washington D.C. para embajadores de América Latina y el Caribe.
En 2017 fundé en Estados Unidos la organización sin fines de lucro “Friends of the Chilean Jewish Museum and Holocaust Memorial”, que permite a personas fuera de Chile contribuir a esta valiosa labor. Aunque hemos logrado avances significativos, como la creación de la Sala del Holocausto, recaudar fondos no es fácil, y aún queda mucho por hacer frente al aumento del antisemitismo. Seguimos trabajando para movilizar recursos y concretar los proyectos educativos y de extensión del museo, porque creemos profundamente en su impacto.
