Educación en tiempos de crisis

El pasado 7 de octubre ha marcado un antes y un después para el pueblo judío. No sólo por la tragedia cometida en Israel por el grupo terrorista Hamás, sino que también por el antisemitismo desenfrenado que estos terribles actos desencadenaron alrededor del mundo.
Desde nuestro rol de educadores, estamos conscientes del tremendo desafío que tenemos por delante en este sentido, por lo que ya estamos preparándonos para enfrentarlo de la mejor manera.

Luego de la masacre ocurrida en Israel, la peor matanza de judíos desde el Holocausto, las visitas al recorrido de Historia Judía se han incrementado considerablemente, debido al interés que ha despertado este tema en la gente.

Tanto en este recorrido como en el de Shoá, hemos enfatizando, aún más, la importancia del respeto por los valores humanos y por las minorías, fomentando la empatía por el otro y la comprensión de sus creencias e identidades. A esto se suma material complementario como módulos y otras actividades que apuntan a lograr una visión reflexiva sobre cómo los prejuicios y estereotipos pueden escalar a actos de violencia.

Pero los cambios que se vienen son grandes. En primer lugar, la agresividad del lenguaje que se está usando en distintos sectores de la sociedad, han extremado las posturas y han motivado confrontaciones en muchos casos virulentas, lo que nos transporta directamente a los inicios del Holocausto, un proceso que comenzó con las palabras.

Por esto, en el marco del Día de Recordación de las Víctimas del Holocausto, debemos estar más atentos que nunca ante las señales que estamos observando.

La demonización de los judíos, del Sionismo y de Israel a través de esta nueva narrativa surgida luego del 7 de octubre, mantiene los mismos patrones de estereotipos, discriminación y violencia que se usaron al comienzo del proceso del Holocausto.

Estamos en un punto de inflexión, a lo que narrativa antisemita se refiere, invadidos de expresiones figuradas, que dicen una cosa mientras implican otra, incluso de forma artística y creativa, infundiendo en un gran número de personas algunas de las ideas más peligrosas sobre los judíos —ideas que históricamente han conducido a pogromos y genocidio.

Las redes sociales han actuado como un gran propagador de esta tendencia tan nociva, fomentado una percepción equivocada y negativa de los judíos, del judaísmo y de Israel.

Por eso, en el Museo Judío, hemos readecuado nuestra línea editorial de redes, a través de las cuales llegamos a un público más amplio y diverso de personas que no tienen acceso a diversas fuentes de información sobre los acontecimientos, sino sólo lo que el algoritmo del sistema les permite recibir o lo que las noticias locales dicen.

En este sentido, estamos aprovechando ese espacio para brindar contenido que promueva el respeto hacia las minorías, el rechazo hacia los discursos de odio y la valoración hacia la cultura judía.

La invasión de comentarios hostiles en juntas sociales, reuniones laborales, discusiones universitarias y otras instancias cotidianas, han tornado muy adverso el entorno de la gente de la comunidad. Y para enfrentar esta nueva realidad a la que todos estamos expuestos, hemos desarrollado recursos especiales.

Junto a la Liga de Anti Difamación (ADL) con la cual tenemos una alianza estratégica para desarrollar recursos para todo Latinoamérica, hemos adaptado programas para educar a nuestras comunidades, para que reconozcan las señales de antisemitismo y tengan más y mejores herramientas para hacerles frente.

El programa Palabras en Acción (Words to Action), por ejemplo, elaborado inicialmente para jóvenes judíos, ha sido traducido y adaptado para responder estratégicamente al antisemitismo y a los prejuicios contra los judíos e Israel en cualquiera de sus formas, incluyendo estereotipos, incidentes antiisraelíes y una reflexión sobre los alcances de la libertad de expresión.

Si bien este programa tiene ya varios años en USA y en Europa, a partir del 7 de octubre ha sido adaptado a la realidad mundial de los judíos. En Chile, este recurso que ha sido reacomodado al contexto nacional y a los conflictos propios de nuestra realidad; y se encuentra disponible para toda nuestra comunidad, donde ya ha sido aplicado con gran éxito gracias a esta alianza con la Anti-Defamation League.

Palabras en Acción permite, además, reconocer nuestra identidad judía personal, las manifestaciones antisemitas en todas sus dimensiones y las implicaciones que éstas tienen en uno mismo y en la comunidad. También entrega herramientas para procesar, interiorizar y contextualizar la situación, concientizando sobre cuándo actuar y cuándo es mejor sólo reportar a la Oficina de Seguridad Comunitaria (OSC).

En el Museo Judío hemos tenido una actitud proactiva, haciendo frente a la contingencia e incentivando la continuación de nuestra vida judía en Chile. Así, entre otras actividades, junto con Mizrachi Chile, presentamos en cine la película Golda, a través de la cual recolectamos fondos para distintas instituciones de ayuda a soldados y refugiados judíos de la actual guerra en Israel.

Además, hemos capacitado a más de 600 carabineros de Chile, junto al Comité para la Prevención de la Tortura, en 5 regiones del país, a través de charlas especialmente diseñadas para sensibilizar a los funcionarios sobre la importancia de valorar los Derechos Humanos y el respeto por las minorías. Este es el comienzo de un programa que se pretende llevar a todas las regiones del país.

Una de las actividades aplicadas en Carabineros de Chile, fue la charla llamada “El rol de la policía en la Segunda Guerra Mundial”, diseñada especialmente por el Museo Judío de Chile para esta audiencia.

En estos momentos en el que el crecimiento de las distorsiones y mentiras antisemitas han alcanzado niveles históricos, más que nunca estamos comprometidos como institución educativa que promueve los valores del respeto por las minorías, hacer frente con fuerza al antisemitismo y a los desafíos que el 2024 nos depara.